Tal vez nosotros hemos estado en la situación de ver pasar la vida sin aceptar la mano que Dios nos extendía.
En la misma situación, puede haber una persona muy cercana, quizá incluso de nuestra propia familia… Posiblemente esa persona, no hace mal a nadie, pero podemos notar que su vida no llega a la plenitud, que no puede resolver ciertas situaciones, que se le acumulan los problemas…
Por otro lado, vemos cuánto el Señor se esfuerza por mostrarle el camino correcto, pero Su amor no es correspondido y notamos como esa persona, se va apartando de la verdadera vida.
¡Qué distinto seria todo si dejara actuar la gracia, liberándola de todas las cadenas que la tienen atada!
Si consideramos la enorme cantidad de personas que aún deben ser tocadas por el evangelio y cuántas necesitan ser, por así decir, re-evangelizadas…
Lo vemos en nuestro entorno, todos los días, como la gente vive de espalda a Dios…
Nos resulta bastante difícil, muchas veces, traer al Señor a la charla, para poder demostrar como Cristo pasa por nuestras vidas…
A través de la oración, debemos hablarle a Dios de los hombres, antes que a los hombres de Dios…
Pero para esto, nos ayudará poner nuestra mirada en el Espíritu Santo. Él es el evangelizador, Él es quien conoce todos los caminos del Señor y Él es quien nos invita a colaborar en Su obra!
Salgamos a pre-cursillar… DE COLORES!!!